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lunes, 19 de abril de 2010

Colmillos Cinematográficos

El cine y los vampiros siempre se han llevado o, al menos, casi siempre. Hoy en día, los espectadores se encuentran saturados de Crepúsculos y Lunas Nuevas pero el cine de vampiros tiene más historia que la de una adolescente enamorada del vampiro perfecto.

Si los comienzos del cine se remontan a 1895 y a la genialidad de los hermanos Lumière, los vampiros no tardaron en aparecer. La Manoir du Diable fue la primera película de este género estrenada en 1896. Pero tuvieron que pasar 26 años y una serie de películas menores para que disfrutáramos de la que hoy todavía muchos consideran la mejor película de vampiros de la historia: Nosferatu. Dirigida por el genio F.W. Murnau, esta película muda y en blanco y negro nos transporta en pocos fotogramas a la más profunda Transilvania sin necesidad de diálogos o efectos especiales. Un clásico que nunca pararé de recomendar.

Uno de los fotogramas más famosos de la película Nosferatu, dirigida por Murnau.


El mundo anglosajón no tardaría en rendirse al culto de la sangre y en 1926 apareció The Bat, primera película estadounidense del género. Sin embargo, no fue un director ni una productora sino un actor  americano el que llevó el estandarte de Drácula hasta el final de sus días: estamos hablando del mítico Bela Lugosi. Con él, Drácula dejó de ser un ente poco atractivo, fétido y aterrador para convertirse en un seductor y atractivo aristócrata que despertaba el deseo hasta en las novicias más puritanas. De corta pero intensa carrera, podemos destacar Abbott and Costello Meet Frankenstein de 1948.

 Bela Lugosi en uno de sus papeles como Drácula


Pero pasemos de la Universal a otra de las productoras más prolíficas en cuanto a terror se refiere: la Hammer. Surgida en 1932, deleitó a sus espectadores con el más variopinto catálogo de horrores en la década de los 50. Por supuesto los vampiros no iban a ser menos y aquí encontramos a otro actor que, junto con Bela Lugosi, es uno de los más recordados: Christopher Lee. Conocido hoy en día por su papel de Saruman en la trilogía de "El Señor de los Anillos", Lee aterrorizó a jovenes y mayores como el famosos Conde Drácula. Horror of Dracula, The Brides of Dracula y Dracula: Prince of Darkness son sus títulos más recordados.

 Christopher Lee en Horror of Drácula


Pero no siempre han sido hombres los protagonistas en este mundo de caninos prominentes. No muy numerosas pero sí interesantes han sido las adaptaciones del relato Carmilla de Le Fanu donde se sugiere el deseo entre dos mujeres y La Condesa de Bathory, famosa por la leyenda de que se bañaba en sangre de vírgenes para mantenerse joven eternamente.  

Acercándonos cada vez más a nuestros días, el género vampírico se ha ido diversificando pero no por ello ha dejado de producir grandes obras como El Ansia, protagonizada por Catherine Deneuve y un inesperado David Bowie donde se puede ver a los vampiros plenamente integrados en la era moderna.

 David Bowie en uno de sus papeles como actor en El Ansia


Pero Francis Ford Copolla nos tenía reservada una joyita en 1992. Titulada como Drácula de Bram Stoker, nos ofrece una de las mejores adaptaciones de la mítica novela tanto por fidelidad como por estética. Un reparto de lujo con Gary Oldman, Anthony Hopkins y Keanu Revees a la cabeza hacen de este largometraje uno de los imprescindibles para todo vampiro-adicto y cinéfilo en general.

 Gary Oldam dando vida al Conde Drácula en una de sus míticas interpretaciones

Siguiendo con las adaptaciones literarias no podía faltar Entrevista con el Vampiro basada en la homónima novela de la autora norteamericana Anne Rice. Protagonizada por Tom Cruise y Brad Pitt, nos presenta la vida del vampiro Louis, acompañado por su amado-odiado creador Lestat, en su romántico y decadente vagar por el nocturno mundo que ha elegido vivir. Esta no ha sido la única adaptación de la autora de las "Crónicas Vampíricas": su tercer relato La Reina de los Condenados también fue convertido en película pero sólo será recordado por ser la última actuación de la malograda Aaliyah, una banda sonora apabullante para los seguidores del buen rock gótico y unos efectos especiales pésimos (por no hablar de las licencias que el guionista se toma para narrar la película...)
 
Brad Pitt, de guapo, y Tom Cruise en uno de sus mejores papeles

Otra película muy recomendable y reseñable es la protagonizada por Willem Dafoe y John Malkovich, La Sombra del Vampiro, donde se recrea la que pudo ser la filmación del ya citado Nosferatu de Murnau. En ella Dafoe se pone los colmillos y Malkovich se mete en la piel del director alemán.

Películas como Blade, Vampiros y Abierto hasta el Amanecer introdujeron nuevos elementos a este género que lo alejaban de la novela romántica y que fueron muy bien recibidos por el público (al menos en sus primeras entregas, las segundas partes nunca fueron buenas...)

Más recientemente hemos podido ver en la cartelera Déjame Entrar, una de las pocas películas vampíricas adultas con niños como protagonistas; Night Watch, no tan recomendable como la anterior, ambientada en una gélida Rusia donde nadie está a salvo de las criaturas de la noche.

Van Helsing, Lost Boys, 30 días de Oscuridad, Underworld, Fright Night, El abrazo del Vampiro, Un vampiro suelto en Brooklyn, Dracula 2000, Dracula 2001 (y asi sucesivamente...), Bloodrayne, El pequeño vampiro, Salem's Lot, Rise, Revenant, Crepusculo (totalmente prescindible)...la lista sería interminable y llena de películas que todos querríamos borrar de nuestra retina pero que de cuando en cuando nos deja joyas del que conocemos como Séptimo Arte.

No se olviden del ajo y los crucifijos esta noche. El vampiro acecha.


 

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