Japón, un país de gourmets

La cocina japonesa ha conseguido hacerse un hueco en la cultura gastronómica española. Son numerosos los restaurantes que en la última década se han dedicado a ofrecer los platos típicos del país del Sol Naciente. El mundo oriental está entrando en nuestras vidas y su cocina no se queda atrás. Esto no habría sido posible sin la gran cantidad de personas que se han atrevido a apartar sus prejuicios y se han lanzado a probar el plato que caracteriza a esta cultura: el sushi. De ahí a degustar más en profundidad esta cocina, sólo hay un paso.

Nuevos ingredientes, texturas y sabores a disposición de clientes dispuestos a innovar. La cocina japonesa no ofrece sólo alimentos, sino que también descubre nuevos espacios y decoraciones donde disfrutar de algo que para muchos es el mejor placer de la vida: el buen comer. Los platos que componen esta gastronomía poseen elegancia y sencillez.

Los principios que rigen la cocina nipona son la combinación de sabores de los alimentos y el respeto por una dieta equilibrada. Es por ello que la filosofía de los platos se basa en el uso de productos frescos, y las grasas más sanas.

La cocina japonesa se asienta sobre cinco sabores: lo dulce, lo amargo, lo picante, lo ácido y lo salado. La combinación en su justa medida es lo que caracteriza ese sabor personal que nos ofrecen los platos orientales. Casualmente, son también cinco los colores que visten las vajillas niponas: el blanco, el amarillo, el verde, el rojo y el negro. Y es que la armonía tan característica de lo japonés se representa en la unión de las distintas tonalidades como la perfección y la belleza.

Por ello, la cocina japonesa dispone de unos platos que son un placer tanto para la vista como para el gusto y el olfato, porque los cocineros japoneses se preocupan de que sus creaciones sean agradables a estos tres sentidos, pero sobre todo al de la vista, ya que el primer paso ante un plato de comida nipona es degustarlo con los ojos.

Si acudimos a un restaurante japonés debemos saber los platos se clasifican por el método utilizado en su preparación, y no por el lugar que ocupan en la comida. Es este caso, nos encontramos con cinco posibilidades. En primer lugar, puede ocurrir que elijamos comida cruda, o sashimi. Podemos probar también los platos hervidos, o mushimono. La tercera posibilidad es la parrilla, en japonés yakimono. Otra oferta son los fritos, o agemono. Y por último los preparados al vapor, o mediante nabemono.

Debemos destacar también que La cocina japonesa opta por las formas cuadradas. Nunca encontraremos platos de forma circular como los que estamos acostumbrados a ver en cualquier restaurante. Esta nueva tendencia está calando hondo entre los restauradores del resto del mundo e imponiéndose tanto en los hogares como en los espacios públicos.

Aunque el plato más conocido ha sido siempre el Sushi, las últimas tendencias han favorecido la expansión de nuevas recetas. Los platos que componen la cocina japonesa son muy numerosos, aquí tenemos algunos ejemplos:

El famoso Sushi se prepara con arroz y vinagre, acompañados de un relleno de pescado, marisco, huevo o verduras, ingredientes que pueden aparecer hervidos, fritos o marinados. Los componentes más utilizados son el atún, la gamba o el calamar, aunque también se usan pepinos, rábanos marinados….

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La Tempura consiste en la fritura de gambas, pescados o verduras, después de que éstos hayan sido rebozados en una mezcla preparada de agua, huevo y harina de trigo. Quien la prueba se queda sorprendido de su suavidad.

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El Sukiyaki, que se prepara ante las miradas de los comensales, es un plato compuesto por finas lonchas de ternera rehogada acompañadas de verdura, tofu y fideos. Este es, para muchos, el plato nacional por excelencia en Japón.

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La preparación del Tonkatsu puede resultarnos familiar, al igual que su ingrediente fundamental, ya que se trata de un escalope de cerdo empanado y frito.

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Para acompañar cualquier menú japonés qué mejor que el Sake, un vino de arroz que combina con todos los platos. Los japoneses han consumido esta bebida alcohólica desde tiempos inmemoriales. En invierno suele tomarse caliente, de forma que templa el cuerpo, aunque también se puede beber frío.